Todo tiene su inicio entre leyenda e historia. De hecho, la mitología griega ya hablaba de la naranja como la hija predilecta del Sol.
Esta concepción de la fruta cobra especial sentido cuando en España, y más concretamente en cada rincón de la Comunidad Valenciana, el cultivo de los frutos cítricos se reviste de una cierta tradición. Y es que tanto la diversidad de los suelos, como la climatología forman las condiciones idóneas para producir nuestra especialidad: la naranja y la mandarina valenciana. Y con esa producción llega nuestra mayor recompensa: satisfacer las exigencias de nuestros consumidores con una fruta de fino sabor y exquisito aroma natural.